
En su Autobiografía, Mari Carmen Merino, se presenta como una niña inquieta, que crece haciéndose preguntas a las que no encuentra respuesta. Apenas nos da detalles de su infancia, ni de su adolescencia, pero subraya su asombro ante la realidad, su curiosidad a veces incómoda, inaplazable. Podríamos decir que hasta aquí se comporta como el común de los seres humanos, pero mientras la mayoría deja a un lado, por imposibles, esas cuestiones tan filosóficas como ¿qué somos? o ¿por qué nos comportamos de tal o cual manera? Ella no desfallece y convierte estas preguntas en el centro de su reflexión. Necesita entender el mundo y comprenderse a sí misma.
Edición de la autora, Barcelona, 2018.